La Enfermedad Celiaca (EC) es una enfermedad multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten y prolaminas relacionadas en individuos genéticamente susceptibles y se caracteriza por la presencia de una combinación variable de manifestaciones clínicas dependientes del gluten, anticuerpos
específicos de EC, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía.
Esta definición fue actualizada por la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición) en 2012. No es una alergia ya que su patogenia es distinta, pero tampoco es una intolerancia ya que está mediada por el sistema inmunitario y su origen no es metabólico.
Puede presentarse con síntomas muy variados, digestivos y/o extradigestivos, ya que no todos los pacientes celiacos reaccionan igual ante la ingesta de gluten.
Aunque sea en pequeñas cantidades, el gluten siempre afectan, ya que produce una respuesta inmunológica que desencadena una lesión (atrofia e inflamación) de gravedad variable de la mucosa (vellosidades) del intestino delgado superior (duodeno) que conlleva un aumento de anticuerpos específicos en sangre. Como consecuencia, se establece un defecto de absorción de nutrientes
en el intestino delgado (Manual de la enfermedad celiaca, FACE 2020).
* Desorden SISTÉMICO: Puede afectar a cualquier órgano. Esto implica una variabilidad de síntomas mayor.
*Desorden CRÓNICO: Es de por vida. No tiene cura por lo que el riesgo de reactivación cuando se come gluten permanece de forma permanente.
*Base INMUNITARIA: El gluten presente en los alimentos, al llegar al intestino delgado, desencadena una reacción inflamatoria y autoinmune que daña la pared intestinal. Provoca una reacción inflamatoria que ocasiona la desaparición de las vellosidades del intestino delgado y en consecuencia, alterando la absorción y la utilización por el organismo de los nutrientes de la dieta.